sábado, 15 de septiembre de 2012

Cultura Tarasca o Purepecha
 

La cultura tarasca o purépecha es una cultura precolombina de México que floreció principalmente en la región oriental del estado de Michoacán. La cultura se inició aproximadamente en el año 1200 d.C. y su esplendor terminó hacia el año 1600. Su gobierno era monárquico y teocrático. Como la mayoría de las culturas prehispánicas, eran politeístas. El calificativo "tarasco" es un epónimo considerado despectivo por los modernos descendientes de las poblaciones que conformaron esta cultura, que se autodenominan P'urhépechas.
Denominación que los españoles dieron al pueblo purépecha (en su lengua p'urhépecha) así como a su idioma que, contrariamente a lo que se ha pensado, carece de sentido despectivo y más bien parece tratarse de un término de parentesco usado por los antiguos purépechas para tratar a ciertos españoles con lo que se emparentaron políticamente. Tarasco procede de la voz tarascue (mi yerno o mi suegro), utilizada por los indígenas para referirse a los primeros españoles.



Por mucho tiempo, este etnónimo predominó sobre todo entre los estudiosos, actualmente el nombre de purépecha ha tendido a prevalecer y deriva de la manera como se llamaba al antiguo estrato social y cultural de los trabajadores y mano de obra guerrera en los dominios de la confederación. Se ubicaban en el actual estado de Michoacán, nombre que deriva del vocablo náhuatl Mechuacan (Lugar de Pescadores) utilizado por los aztecas para referirse a dicho territorio. Los dominios del imperio p'urhèpecha se extendían al sur hasta el actual territorio del estado de Guerrero, al norte hasta el sur de Jalisco y centro de Guanajuato (del p'urhépecha Cuanashuato: cerro de la rana) y al oriente hasta la región conocida entonces como Taximaroa, hoy Cd. Hidalgo, Michoacán. Actualmente, la cultura p'urhépecha sobrevive, y conserva su idioma, en la región central del estado de Michoacán.
Se dedicaban a la alfarería, escultura, arquitectura, pintura, orfebrería y notablemente la pesca fue y sigue siendo una actividad primordial para los purépechas.También eran los únicos que manejaban el bronce por lo que era uno de sus secretos.
Ciudad sagrada: Pátzcuaro, que significa "Donde se tiñe de negro".
Centro de poder: Pátzcuaro, Coyucan, Ihuatzio y Tzintzuntzan.
Cuna purepecha: Zacapu
 
Los tarascos eran politeístas, su dios principal era Curicaveri (el que surge del fuego), sin embargo también era la deidad principal de recolectores, cazadores y de la guerra. También destacan:
Curicaueri (el gran fuego): Dios del fuego. Se le considera la deidad más antigua de los tarascos.
Cuerauáperi o Kuerajperi: La que desata el viento, es esposa de Curicaueri, representa a la Luna, es a la vez madre y padre de todos los dioses. Deidad relacionada con la tierra y la lluvia, pues se le consideraba como la productora de las nubes, la auxiliaban cuatro deidades más, que eran sus hijas: Nube Roja, Nube Blanca, Nube Amarilla y Nube Negra
 Xarátanga: La que aparece en todas y diversas partes, es una advocación de la Luna o Cuerauáperi, señora o madre luna o luna nueva.
 Pehuame: La parturienta, es otra advocación de Cuerauáperi o de la Luna madre. Es la deidad del parto y esposa del Sol. Su principal centro de culto estaba en Tzacapu.
 Nana Cutzi: La madre encorvada, actualmente los tarascos o purépechas siguen utilizando el nombre para referirse a la Luna.
 Tata Jurhiata: El padre sol, nombre que en la actualidad los indígenas michoacanos dan al sol como elemento natural y no deidad.




Cultura Chalchihute
 
 
Chalchihuites es un Municipio perteneciente al estado de Zacatecas, México. Es principalmente conocido por sus ruinas arqueológicas. -Chalchihuites es considerado un pueblo de lleno de cultura, tradición y recuerdos. Buen vecino de Durango y sus comunidades. Chalchihuites un pueblo diferente a los demas, un lugar mágico.

El Municipio de Chalchihuites se localiza fisicamente en la Sierra Madre Occidental y Mesa Central. Cuenta con una extensión territorial aproximada de 891 km², y limita al norte con el municipio de Sombrerete, al sur con el municipio de Jiménez del Teúl y al oeste con el Estado de Durango. La palabra Chalchihuites es de origen Nahuatl y quiere decir Esmeralda o piedra preciosa. En el municipio de Chalchihuites a cinco minutos de distancia se encuentra un lugar muy hermoso mejor conocido como Gualterio que cuenta con un balneario de aguas termales.

Reseña histórica: Esta población fue fundada por el Capitán español, Martin Pérez en el año 1556 de una comunidad procedente de Guadalajara, en los primeros años después de la conquista, se llegó a conocer como centro minero desde 1591, fecha en que un grupo de españoles y tlaxcaltecas fueron a situarse allí por orden del Virrey Don Luis de Velasco. Se tiene noticia de que Don Lucas de Montealegre rigió esa colonia en calidad de Gobernador. Esta municipalidad data de la misma época que la de Sombrerete; desde tiempos inmemorables formó parte de la Alcaldía del mismo nombre, teniendo carácter constitucional el año de 1824. Antiguamente se le llamó Real de Minas del Valle de San Pedro de los Chalchihuites, lo formaban tres barrios o divisiones: Chalchihuites, Tonalá y Nueva Tlaxcala, pero en 1857 esta última parte, que pertenecía a Jalisco, quedo agregada al Estado de Zacatecas por declaración constitucional.

Altavista, o Chalchihuites, es una importante zona arqueológica mesoamericana cerca del municipio de Chalchihuites, en el estado de Zacatecas, México. Se localiza a 229 kilómetros al norte-noroeste de la ciudad de Zacatecas. Se ubica al oeste del cerro Sombrerete en la esquina noroeste del estado de Durango. Este sitio fue un oasis cultural, habitado de manera continua entre los años 100 al 1400 DC.
La zona se encuentra en la sierra de Chalchihuites. La palabra Chalchihuites proviene del náhuatl chalchíhuitl, que significa piedra preciosa. Grupos de las culturas chalchihuites-chichimecas se establecieron aquí.
El nombre Altavista se debe a un rancho que existió en los alrededores, cuando el arqueólogo Manuel Gamio visitó la zona. Existen opiniones de que este centro ceremonial fue desarrollado por la rama súchil de la cultura Chalchihuites. Se le relaciona con la cultura Chalchihuites, que floreció en el período clásico mesoamericano, tuvo estructura social y política; poseían una escritura jeroglífica. Y construyeron ciudades formales y urbanizadas, centros ceremoniales, usaron numeración, astronomía, y otros conocimientos. Este grupo tuvo en Chalchihuites, elementos que favorecieron su vida social, económica y militar.
Comala


Comala es una localidad del estado mexicano de Colima, situado al norte del mismo, entre las coordenadas 19° 18’ y 19° 32’ latitud norte y entre los 103° 37’ y 103° 57’ longitud oeste. Limita al norte con Zapotitlán y Cuauhtémoc; al oeste con Minatitlán, y al sur y este Villa de Álvarez.
Comala significa “lugar donde se hacen comales” o “lugar de comales”, nombre que deriva del náhuatl Comalli, y an, lugar.  Estudios realizados estiman que los pobladores más antiguos del territorio de Comala datan de hace más de 3,000 años. En esta zona florecieron importantes culturas como la Olmeca, la Náhuatl (500 a. C.), Tolteca y Chichimeca (durante la época clásica, 1154-1429 d. C.), y la Tarasca, que era la principal cultura a la llegada de los españoles.   Por lo anterior, podemos deducir que Comala es de origen prehispánico, al igual que Suchitlán y Zacualtipan, localidades del mismo municipio. Después de haberse consumado la conquista, Comala fue dada en Encomienda al conquistador Bartolomé López, de acuerdo a la Cédula Real del año 1527. Para 1815, todavía es nombrado República de Indios y como autoridad se establecía un gobernador. En 1820 Comala es constituido ayuntamiento, y el primer alcalde es don Cayetano Pizarro, de acuerdo al procedimiento señalado en la Constitución de la Monarquía Española. En 1857 se estable como ayuntamiento de acuerdo a la Constitución Republicana, categoría política que conserva hasta la fecha. A finales del siglo XIX (1883), un empresario de origen alemán llamado Arnoldo Vogel, constituyó una importante hacienda cafetalera, con lo que se impulsó a la producción industrial.
En el año de 1906, se instaló en la localidad El Remate, la primera planta generadora de energía eléctrica en el estado, mediante la cual se proporcionaría este importante servicio a Comala, Colima y Villa de Alvarez. Con la finalidad de contar con un medio para transportar la madera de Cerro Grande, en 1910 comienzó a funcionar el tren Colima-Lumber. En 1918 fue creado Suchitlán, primer ejido de la entidad. En el Cerro Grande y en las faldas del volcán, se establecieron en el año de 1926 dos rinconadas de Cristeros. Para el año de 1992, se construyó el acueducto Zacualpan–Colima, para abastecer de agua a las ciudades de Colima y Villa de Alvarez, con una capacidad de abastecimiento de 1,000 litros por segundo.
Guachimontones

Guachimontones (o Huachimontones) es el nombre de un centro ceremonial y antiguo asentamiento prehispánico ubicado en la ciudad y municipio de Teuchitlán, aproximadamente a una hora al oeste de la ciudad de Guadalajara en el estado de Jalisco. Este asentamiento fue bautizado así por el nombre del lugar donde se descubrió este primer sitio arqueológico, posteriormente se han descubierto otros asentamientos de la misma Tradición Teuchitlán, una compleja sociedad que probablemente existió desde 300 a.C. hasta 900 d.C.
Este centro ceremonial incluye varias construcciones con un estilo arquitectónico peculiar, entre ellas varios túmulos cónicos escalonados o pirámides rodeadas de patios circulares, dos juegos de pelota, un anfiteatro y algunas terrazas y edificios.

La palabra Teuchitlán se deriva de la voz Teotzitlán o Teutzitlán que se interpreta como “lugar dedicado a la divinidad”, “lugar del dios Tenoch” o “lugar dedicado al dios reverenciado”.

Posiblemente la fundación del poblado se remonta a los aztecas que lo erigieron en un cerro denominado Huachimontón, al norte de su actual asiento. Fue fundado por integrantes de las tribus Nahuatlacas que colonizaron el centro de México en el periodo postclásico, sin embargo se sabe que las construcciones vecinas a Teuchitlán son anteriores a tal colonización. La cultura creadora de las construcciones en Guachimontones recibe el nombre de Tradición Teuchitlán, y tuvo su período de apogeo entre los años 200 y 400 d. C, desapareciendo hacia el año 900 d. C., posiblemente antes del arribo de los colonizadores náhuatl.
Teuchitlán fue un cacicazgo dependiente del señorío de Etzatlán y lo habitaban las tribus de los tecos.
El estilo arquitectónico particular de este asentamiento recibe el nombre de Guachimontón, y se asigna a los túmulos y estructuras hechos de niveles circulares escalonados. Se cree que tales estructuras, en el caso particular del asentamiento en Teuchitlán, eran utilizadas para ceremonias en honor al dios del viento Ehécatl, y que incluían un análogo del juego del volador, donde un sacerdote subía a un poste elevado para rendir honores a la divinidad. Poste que se colocaba en la cima de los túmulos.
Se desconoce quién bautizó a este sitio como "Los Guachimontones". Se cree que Guaje proviene de la palabra náhuatl “Huaxe” que combinándola con la palabra “montón” que es de origen castellano, se podría traducir entonces como "montón de guajes", ya que en la zona abundan los árboles de dicha especie (Leucaena leucocephala).
El sitio fue descubierto en 1970 y su investigación empezó en 1996. Sin embargo, pese a la poca investigación y conocimiento del sitio, se conoce importante información acerca del sitio, gracias al trabajo del investigador Phil Weigand, su esposa Arcelia García y equipo de investigación. Se propone el auge de esta ciudad entre los años 200 y 400 d.C. y su caída hacia el 900 d.C, aunque se sabe que su antigüedad es de más de 2 mil años.
El sitio actual abarca 19 hectáreas, aunque se estima que durante su apogeo tenía 24 mil, y que fue habitado por alrededor de 40 mil personas.
Como en muchos otros sitios del continente, es un común denominador, por ejemplo en Calixtlahuaca y en Tiahuanaco, Bolivia.6 las construcciones de Guachimontones han tenido maltratos a lo largo de los años, piedras de las ruinas se han usado para empedrar calles y levantar casas en el pueblo.
Es un sitio a gran escala, diseñado y creado como elemento de la sociedad. El entorno es considerado por los arqueólogos como "político", compuesto de estructuras diseñadas para imponer o preservar la unidad y el orden dentro de un territorio o para hacerle ajustes a gran escala o largo plazo.
El sitio consiste en estructuras circulares concéntricas, probablemente para adorar a sus dioses, principalmente a Ehécatl (Dios del Viento). El edificio ceremonial es un círculo perfecto así como las estructuras perimetrales.
Los conjuntos circulares sugieren un acceso restringido y de uso exclusivo para las familias de gobernantes y la casta sacerdotal. Los recintos circulares del occidente son únicos, pero su geometría sigue principios ampliamente cosmológicos, comprendidos y compartidos por los pueblos de Mesoamérica.
GuachimontonesEn el microcosmos arquitectónico de Teuchitlán, los gobernantes observaron un programa de festivales rituales cíclicos y la sociedad en general, vivía bajo este concepto ritual.
La definición de Weigan del complejo de montículos circulares de Teuchitlán está basada en cinco rasgos arquitectónicos diagnósticos:
 Una pirámide central.
 Un patio circular elevado que rodea la pirámide.
 Una banqueta circular que rodea el patio.
 Entre ocho y doce plataformas rectangulares sobre la banqueta.
 Criptas funerarias subterráneas debajo de algunas plataformas.
Teuchitlán (significa "lugar dedicado a la divinidad") era dedicado a la alabanza de los dioses. Los de Cultura Teuchitlán siempre hacían sacrificios y ofrendas antes de levantar algún edificio.
Tales ofrendas consistían en grandes fogones sobre la banqueta o maíz quemado debajo de los muros exteriores de la plataforma. Se han dado casos en los que se encontraron platos de cerámica colocados dentro o debajo de los muros.
 
 
 
 
Teuchitlán

Teuchitlán es el nombre de un municipio y de un poblado del estado de Jalisco, México.

El nombre Teuchitlán proviene del náhuatl y quiere decir lugar dedicado al dios o lugar del dios Tenoch. El pueblo tiene sus orígenes en la época prehispánica, pues fue fundado por tribus nahuatlacas en el cerro llamado hoy Guachimontón y formaba parte del señorío de Etzatlán. Su incorporación a la Nueva España ocurrió en 1524 por la mano de Francisco Cortés de San Buenaventura. En 1530, Nuño de Guzmán anexa el poblado al territorio de la Nueva Galicia.
Teuchitlán se ubica al centro de Jalisco, teniendo como extremos las cordenadas 20 grados 33’50’’ y 20 grados 47’40’’ de latitud norte, y 103 grados 47’30’’ a los 103 grados 51’20’’ de longitud oeste. La altura media de Teuchitlán es de 1300 metros sobre el nivel del mar.
El clima de Teuchitlán es subtropical, semiárido, con una temperatura media de 21º Celsius con una máxima de 29.7º y una mínima de 13º, con inviernos y primaveras secos. La temporada de precipitaciones se extiende entre los meses de junio y septiembre.
Teuchitlán cuenta con varios elementos hidrográficos significativos en su territorio, al encontrase al costado de la antigua laguna de La Vega en donde se encontraron chinanpas (hoy presa de La Vega.Los afluentes significativos del municipio son el Río Salado, los arroyos Chapulimita, Los Otates y El Agüilote que desembocan todos en dicha presa de La Vega. El poblado de Teuchitlán se localiza junto a una serie de manantiales conocidos como Manantiales del Rincón.
Teuchitlán es conocido por la presencia de un centro ceremonial prehispánico, llamado Guachimontones en honor del cerro homónino que es su locación. Este centro ha sido sólo recientemente excavado (a partir de 1999), estudiado y parcialmente restaurado por un equipo mixto de arqueólogos locales y extranjeros, dirigido por el arqueólogo de la Universidad de Illinois, Philip Clayton Weigand Moore.
 
Cultura Tumba de Tiro


Los términos tradición de las tumbas de tiro o cultura de las tumbas de tiro se refieren a un conjunto de rasgos culturales interconectados que se han encontrado en los estados mexicanos de Jalisco, Nayarit y Colima. Se ha datado entre los años 300/200 a.C. y 400/600 d.C. de la era cristiana. Una buena parte de los objetos producidos por los portadores de esta cultura ha sido encontrado fuera de contexto arqueológico, debido a la actividad de saqueadores de tumbas cuyos entierros han sido vendidos al mercado negro. El mayor entierro asociado a esta tradición fue encontrado en 1993, en Huitzilapa (Jalisco).

Aunque en un principio se asoció a la cerámica de las tumbas de tiro con los tarascos, contemporáneos de los mexicas; hasta mediados del siglo XX se descubrió que estos objetos eran anteriores por lo menos en mil años. Hasta hace relativamente poco tiempo, lo único que se conocía de los portadores de la tradición de tumbas de tiro eran los objetos de cerámica y que enterraban a sus muertos en galerías excavadas en el suelo (de donde el nombre de esta tradición). Casi desconocida, la mayor colección de la cerámica clásica del Occidente de Mesoamérica fue presentada en 1998, con el subtítulo de Art and Archaeology of the Unknown Past. En la actualidad se sabe que la tradición de las tumbas de tiro no caracteriza a un área cultural unificada, aunque muchos arqueólogos continúan identificando con este nombre a los pueblos que vivieron en el occidente de Mesoamérica durante el Preclásico y el Clásico.
Las llamadas tumbas de tiro son unas sepulturas características de determinados sitios arqueológicos de Jalisco, Nayarit y Colima, en México. Se consideran pertenecientes a la llamada Tradición de las tumbas de tiro, que se estima se desarrolló entre los años 200 a. C. y 600 dC.
Consisten en un tiro o pozo de 2 a 16 metros de profundidad de sección circular o rectangular que se excava en la tierra. Al llegar a determinada profundidad se excava hacia a un lado una o varias cámaras funerarias que contendrá el cadáver y sus ofrendas. Estas cámaras están comunicadas entre sí con pequeños túneles en las cuales se han encontrado elementos ceremoniales que acompañaban a los muertos. Una vez hecho el enterramiento, se cierra la comunicación entre la cámara y el tiro, se llena el tiro de tierra y, en general, no queda ninguna huella de la tumba. Las variaciones entre las tumbas pueden deberse a la calidad del subsuelo, a la categoría social de la persona o de las personas enterradas o simplemente al estilo de moda en determinada área o determinado tiempo. Por lo general las tumbas de tiro pueden albergar a varios cuerpos.
Los estudios de las piezas contenidas en las tumbas y algunos fechamientos por carbono 14 indican que su uso cubre un período que va de poco antes de Cristo hasta el año 600. Algunas de las tumbas son muy complicadas y tienen varias cámaras funerarias.
Las ofrendas constaban de piezas de cerámica con representaciones de hombres o mujeres en alguna actividad, como testimonio del tipo de vida que habían llevado (por ejemplo, cazadores, músicos, agricultores con sus enseres e indumentaria). También había piezas cotidianas o de ornato y su nahual, compañero en el viaje al inframundo, disfraz del dios de la muerte, que conduce o guía el alma del muerto a través de los nueve torrentes que separan al difunto del cielo. Este nahual era un animal que podía ser un loro, un pato, una víbora, aunque usualmente era un perro: estos animales popularmente se convirtieron en los perros pelones o izcuintli, figuras muy representativas y conocidas como emblema de Colima, de las cuales se tienen figuras similares en la cultura mochica del Perú.
Cultura Chupícuaro


La Cultura Chupícuaro es originaria del período del Preclásico Superior o formativo. Su época de esplendor abarcó del 800 a.c. al 200 d.c.
 En lengua purépecha significa "Lugar de Cielo Azul". De Chupicua, Azul y ro: lugar.
 Chupícuaro está hoy cubierto por el agua de la Presa "Solís". Se localiza cerca de la ciudad de Acámbaro en el sureste del Estado de Guanajuato.
 Si bien no ha sido posible determinar el origen exacto de este pueblo mesoamericano, su gran característica es la de una basta producción de cerámica, La agricultura fue su principal medio de alimentación. El cereal preferido era el maíz, mismo que se molía en metates para obtener harina. Ambas condiciones, la cerámica y la agricultura, constituyeron un claro ejemplo del paso del hombre nómada a sedentario.
Época Prehispánica
Chupícuaro quedó asentado en medio de los Ríos Lerma y Tigre o Coroneo. Sus habitantes vivían en chozas o jacales elaborados con lodo, plantas y hojas de la región. Tuvieron un alto culto a la vida y a la muerte. A sus muertos los hacían acompañar de ofrendas y los enterraban en diferentes posiciones, lo que es interpretado como parte de la pertenencia a un grupo social determinado, Incluso, se llegaba a sacrificar a un perro para que acompañara al difunto en su tránsito hacia el mundo ultraterreno. También rendían culto a la maternidad y a la fertilidad de la tierra. como un pueblo aldeano y pacífico que era, sin grandes construcciones como otras civilizaciones prehispánicas, recurrió a la recolección de frutas y de raíces, a la caza y a la pesca.
Pero la principal aportación de Chupícuaro fue la cerámica. En este sentido abundaron las vasijas y las figurillas, producto del talento y las manos prodigiosas de sus pobladores. Las vasijas tenían dibujos geométricos y motivos textiles diversos con los colores rojo, crema o bayo y negro. Era una cerámica policroma (de tres colores). La bicroma (de dos colores) era generalmente de crema o bayo con rojo y la monocroma (de un solo color), de rojo o café. Sobresalió el uso de la arcilla, la concha, el hueso y la piedra. El fino acabado y el brillo de la cerámica le dio una notable belleza estética. Las piezas de cerámica llegaron a simular figuras y caras de personas, de animales y de vegetales.
 
      
 
Gracias al estudio de las figurillas de Chupícuaro; los arqueólogos han logrado determinar las costumbres y la forma de la vestimenta de los habitantes del "Cielo Azul" Se pintaban la cara y el cuerpo, usaban bragueros, collares y aretes. Los hombres portaban una cinta sobre la cabeza y las mujeres recurrían a los turbantes o tocados sobre la cabeza. Se peinaban de raya en medio con fleco sobre la frente. Mientras que algunos probablemente usaron sandalias, otros andaban descalzos.
Los habitantes de Chupícuaro no sólo conocían el uso del fuego, sino los instrumentos musicales como las flautas, ocarinas, silbatos y sonajas. Se cree que tenían un tipo de música propia, misma que servia para ceremonias rituales. Así mismo debieron conocer la danza, las puntas de flecha y de lanza que usaban para la caza y la pesca eran la obsidiana, un material que abundó en la región del norte de Michoacán.
Culturas prehispánicas de la Región
Chupícuaro influyó en otras culturas prehispánicas de la región. Su intercambio cultural y comercial mediante el trueque abarcó comunidades de lo que actualmente es el centro de México, la Costa del Pacífico (Colíma y Nayarit) y el sur de los Estados Unidos: La presencia de conchas entre los numerosos utensilios ratifican el contacto que hubo con pueblos de la Costa del Pacífico, principalmente.
 
Además de la de Chupícuaro, la cultura que más influyó en la zona fue la de Teotihuacan, en tanto que la de menor presencia regional es la tolteca. A su vez, Chupícuaro y la Cultura Purépecha o Tarasca pertenecieron a dos épocas y a dos espacios físicos diferentes entre si. La Purépecha prevaleció hasta la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI.

Chupícuaro en el Siglo XX

En 1926 se tuvieron los mayores descubrimientos arqueológicos de chupícuaro. En este sitio fueron descubiertos 400 entierros que permitieron obtener más de 4000 piezas de esta civilización. entre los arqueólogos que trabajaron en la zona figuraron Román Piña Ckán y Daniel F. Rubín de la Borbolla. Hasta 1949, año en que se inauguró la presa "Solís", solo estudios sobre chupícuaro fueron muy fructíferos, sobre todo en los años de 1946-47. Hoy en día, gran parte de lo que se conoce sobre este pueblo prehispánico procede del histórico periodo 1926-1949.
Las necesidades de controlar el afluente del Rio Lerma y de asegurar el riego para los cultivos básicos en el Bajío, obligó a la construcción de la Presa "Solís" entre 1939 y 1949. El agua de la magna obra cubrió por completo el pueblo del Viejo Chupícuaro, por lo que fue reubicado a la "Loma de Paredones", a unos 3 kilómetros del sitio original en donde floreció culturalmente en el preclásico Superior o Formativo.
 
Más de mil personas debieron trasladarse desde el 20 de mayo de 1949 a una nueva comunidad, conocida como Chupícuaro. Este sitio fue fundado oficialmente el 6 de junio de 1949, Otros más de sus habitantes han emigrado desde esa época a los Estados Unidos de América. Actualmente, el nuevo pueblo es de los más progresistas del municipio de Acámbaro. A un costado de la Iglesia de San Pedro del Nuevo Chupícuaro, se localiza un monumento en honor "Al Espíritu del Viejo Chupícuaro", El monumento fue hecho con piedras de la vieja iglesia de Chupícuaro. Sin embargo, aún hoy, las ruinas de Viejo Chupícuaro emergen enigmáticas de las aguas de la presa "Solís durante los meses abril a Junio de cada año, mostrando numerosos vestigios prehispánicos y de uso doméstico de la primera mitad del siglo XX.
Ante la necesidad de preservar la historia regional, Nuevo Chupícuaro tiene ahora el museo Comunitario "Fray Bernardo Padilla", inaugurado el 24 de febrero de 1993. En la zona urbana está el museo local de Acámbaro, fundado el 22 de Octubre de 1973. Se localiza desde el 22 de Octubre pero de 1984, en el edificio de la calle de Abasolo No.10, esquina con Morelos, el inmueble data de fines del Siglo XVIII y principios de XIX, El Museo de Acámbaro tiene la única más grande Sala Arqueológica que existe en el país para exhibir con orgullo la llamada "Cultura del Barro".
Entre ambos Museos se exhiben 6,604 piezas tanto arqueológicas como etnográficas. En este último caso, en el Museo comunitario de Nuevo Chupícuaro.
Secretos para conocerse:
De la cultura "Chupícuaro" todavía hay mucho por conocerse, entre otros aspectos, su origen real y el tipo de lengua o dialecto de los habitantes del "Cielo Azul", su escritura o códices, el uso del calendario y la forma de gobierno, sus gobernantes y clase militar, sus ídolos o dioses. El Significado social o religioso que pudo tener el juego de pelota y su manera de comunicación con la naturaleza.
De los habitantes del "Cielo Azul" se tuvo la conversión del barro en arte, A través de los siglos, la Cultura Chupícuaro aún recoge asombros por la historia.
Cultura Capacha


Con el nombre de cultura Capacha se conoce un complejo arqueológico de Colima, en el Occidente de Mesoamérica. La cultura Capacha fue la primera con rasgos complejos que se desarrolló en la región, aproximadamente entre los años 2000 a. C. y 1200 a. C. Fue estudiada y descubierta por Isabel Trusdell-Kelly, arqueóloga estadounidense que realizó excavaciones en la zona de Colima en el año de 1939. Las semejanzas entre las piezas de esta cultura y la cerámica contemporánea de la región de Ecuador apuntan a que hubo alguna relación muy temprana entre el Occidente de mesoamericano y las culturas andinas.
Capacha fue contemporánea de otros desarrollos culturales importantes de Mesoamérica, como El Opeño, en Michoacán, y la primera fase de Tlatilco, en el valle de México. La extensión geográfica de las piezas de cerámica Capacha abarca toda la costa del océano Pacífico, entre los estados mexicanos de Sinaloa, en el norte, y Guerrero, en el sur. Especialmente importantes son los entierros descubiertos por Gordon F. Ekholm en Guasave, Sinaloa.
La información a nuestra disposición sobre la cultura Capacha de Colima y en otras partes del Occidente indica que la gente que dejó los restos de esta cultura llegó de afuera e introdujo en este lugar y en gran parte de Occidente, anteriormente habitada sólo por gente que vivía de la caza y recolección, una nueva forma de vida más sedentaria, basada en el cultivo de ciertas plantas domesticadas como el maíz, el frijol y la calabaza. -Joseph B. Montjoy, "Capacha: una cultura enigmática del Occidente de México".

El núcleo central de la cultura Capacha se sitúa a seis kilómetros al noroeste de la ciudad de Colima, en el estado mexicano del mismo nombre, aunque su radio se extiende entre la Sierra de Jalisco y el valle de Colima. Una zona donde nueve sitios arqueológicos tienen relación con el complejo Capacha. Elementos de la cultura Capacha se han encontrado en Nayarit, Jalisco, Sinaloa, Guerrero, Morelos, Michoacán y el estado de México. Fue la primera con rasgos complejos que se desarrolló en la región, aproximadamente entre los años 2.000 a. C. y 1.200 a. C. El nombre de esta cultura le viene dado por la arqueóloga estadounidense Isabel Truesdell-Kelly, quien en 1.939 la descubrió mientras realizaba unas excavaciones en la zona de Colima.
Al tiempo que se desarrollaba la Capacha también lo hacían otras culturas importantes de Mesoamérica, como El Opeño, en Michoacán, y la primera fase de Tlatilco, en el valle de México. Su seña de identidad más importante, la cerámica, se extendió por toda la costa del océano Pacífico, entre los estados de Sinaloa, por el norte, y Guerrero, por el sur. También son de suma importancia los entierros que Gordon F. Ekholm descubrió en Guasave, Sinaloa.
La relación cerámica existente entre los tipos rojo zonal y rojo guinda/crema, o las semejanzas entre las estatuillas encontradas en los complejos arqueológicos de Capacha y El Opeño, revelan que existió una relación cultural muy cercana. Así mismo, los restos cerámicos hallados en la zona de Tuxpan - Tamazula - Zapotlán vienen a corroborar esta teoría de acercamiento entre las dos culturas. Como sucede también en otros lugares de Jalisco, donde fueron descubiertas tumbas de tiro semejantes a las de El Opeño con vajillas tipo Capacha en su interior. Las estimaciones sobre estas dos culturas, referentes a que recorrieron un desarrollo cultural de la mano, a la par, se acentúan cuando salen a relucir datos suficientes como para certificar que sus influencias y relaciones culturales tuvieron contactos que se extendieron mucho más allá de sus límites territoriales, como Tlatilco en el centro de México (1.300 y 900 a. C.).
La personalidad de la cultura de Colima, y de otras de esta subárea mesoamericana, es tan clara que ha propiciado opiniones situándola como una de las culturas principales de Mesoamérica. Todos los arqueólogos reconocen a la olmeca como la cultura madre, sin embargo, el hecho de no haber encontrado nada teotihuacano o típicamente "mesoamericano" deja abierta la puerta a muchas conjeturas. Son evidentes las diferencias culturales entre lo "mesoamericano" y lo "occidente", sus costumbres, reflejadas en la cerámica que acompaña a los entierros de las tumbas de tiro, son las de una sociedad más libre e igualitaria, de carácter familiar y doméstico, nada que ver con las expresiones artísticas de otras sociedades mesoamericanas. Las excavaciones arqueológicas más recientes permiten conocer al menos dos raíces, tan antiguas como la olmeca.
Cronología cultural

La cronología de la cultura de Occidente en Colima queda dividida en siete fases, nombradas por los sitios donde se realizaron descubrimientos arqueológicos:
• Fase Capacha: (1.500 - 1.000 a. C.) En esta fase la cerámica se asociaba a ritos funerarios, con una vasija acinturada conocida como guaje o bule.

• Fase Ortices: (500 a. C. - 500 d. C.) Entre estos años surgen las tumbas de tiro y sus vasijas características son antropomorfas y zoomorfas.
• Fase Comala: (100 - 700 d. C.) Durante este tiempo la cerámica alcanzó su máximo desarrollo estético.

• Fase Colima: (400 - 600 d. C.) En esta fase comienza la cuenta atrás de la tradición en las tumbas de tiro y surgen las ciudades, cuyos planteamientos recogen plazas y montículos. Las figuras de piedra toman protagonismo y por el contrario la cerámica cambia belleza por utilidad.
• Fase Armería: (500 - 1.000 d. C.) El diseño de la cerámica se vuelve geométrico, más simple y lineal.
Fase Chanal: (600 - 1.500 d. C.) Aparecen las influencias puramente mesoamericanas y ciudades semejantes a las del altiplano, como El Chanal, con elementos de piedra que representan a dioses. Comienzan a fabricarse artefactos de metal y las figuras de cerámica se elaboran macizas.
• Fase Periquillos: (1.000-1.500 d. C.) En esta fase el poder militar y comercial recae sobre tres señoríos, Alimán, Coliman y Cihuatlán-Tepetitango. La cerámica toma un retroceso y se vuelve tosca, con rasgos más estilizados y apariencia primitiva.
 
Cultura Opeño


El Opeño es un yacimiento arqueológico que se localiza en Jacona de Plancarte, un municipio del estado mexicano de Michoacán enclavado en el Valle de Zamora. Da su nombre a una cultura precolombina conocida especialmente por los materiales de cerámica encontrados en los complejos funerarios de la zona, mismos que han sido fechados en el Preclásico Tardío de Mesoamérica. La importancia de El Opeño en la arqueología mesoamericana radica en su antigüedad y en la amplia difusión de su estilo, contemporáneo de otros desarrollos culturales indígenas como la cultura Capacha y anterior a la cultura de Chupícuaro que se desarrolló en el Bajío. Las tumbas de El Opeño son las más antiguas de Mesoamérica. Han sido fechadas alrededor del siglo XVI a. C., por lo que anteceden el desarrollo de la cultura olmeca, que tuvo sus centros principales en la costa del golfo de México y floreció unos siglos más tarde. Los descubrimientos de El Opeño fueron un hito que permitió poner en tela de juicio el carácter que se atrubuía a los portadores de la cultura olmeca como los fundadores de Mesoamérica.


El Opeño está constituido por un conjunto funerario que suele ser incluido en la tradición de las tumbas de tiro, que se difundió por gran parte del Occidente de Mesoamérica, sobre el territorio de lo que actualmente constituyen los estados de Jalisco, Colima, Nayarit y Michoacán. Los entierros de El Opeño, como los de el resto de las zonas donde se han encontrado materiales de la Tradición de las tumbas de tiro, se distinguen precisamente por su excepcionalidad en el marco de Mesoamérica. Ningún otro pueblo mesoamericano construyó antes del florecimiento ni después del declive de esta tradición monumentos funerarios de este tipo. Se trata de tumbas verticales, o casi verticales, que fueron excavadas en el tepetate o toba volcánica que forma parte del subsuelo de la región. El acceso a las cámaras funerarias subterráneas se efectuaba de modos diversos, por ejemplo, en Nayarit, es común que las tumbas cuenten con tiros muy profundos, aunque en El Opeño contaron con escaleras. En el complejo funerario de El Opeño han sido descubiertas doce tumbas, todas las cuales muestran indicios de planificación arquitectónica. Asimismo, el complejo en su totalidad está organizado en torno a un plan global.
En torno a la necrópolis de El Opeño no se ha encontrado ningún resto material de las poblaciones de los constructores de las tumbas. Esto motivó que se les representara como un pueblo que se encontraba en la transición hacia el sedentarismo agrícola que caracterizó a las sociedades urbanas de Mesoamérica en el Preclásico Medio. Sin embargo, el análisis de los materiales arqueológicos encontrados en las tumbas tanto los restos óseos de sus ocupantes como las ofrendas con que fueron enterrados muestra que los constructores de las tumbas de El Opeño fueron miembros de un pueblo claramente sedentario, con una elevada estratificación social que se refleja en las diferencias entre los bienes ofrendados a los muertos.
 
Horizonte Preclásico

Preclásico temprano (2500-100 a. c.)
Esta etapa se caracteriza por el descubrimiento de poblaciones sedentarias organizadas en aldeas, cuya principal fuente de subsistencia era la agricultura de temporal. Organización tribal igualitaria. También empezó a usar la cerámica, para tanto para vasijas como figurillas.
Preclásico medio (1200-400 a. c.)
Importantes cambios tecnológicos principalmente en agricultura: represas, canales terrazas. Variedad de plantas domesticas. Perfeccionamiento de la cerámica y la talla de piedra. Inicio de la especialización en la producción. Diferenciación social y surgimiento de jerarquías por linaje. Surgimiento del calendario y su escritura.
Preclásico tardío (400 a.c.-200 d. c.)

Agricultura intensiva y crecimiento rápido de la población. Desarrollo de la organización política. Expansión  del comercio. Rivalidades y conflictos bélicos. Se consolidan las relaciones político-económicas entre las regiones surgen las primeras grandes ciudades de Mesoamérica.
Horizonte Clásico


Clásico temprano (150/200-600 d. c.)
Algunas de las características de este periodo son : desarrollo de la agricultura intensiva, aumento y concentración de la población, diferenciación social aumentada, consolidación de las elites en el gobierno, institución religiosa incluida en las esferas de por, surgimiento de los primeros estados mesoamericanos, aumento de guerras y sacrificios humanos.

Clásico tardío (600-900 d. c.)
Declive de los grandes estados mesoamericanos, surgimiento de poderosas unidades políticas regionales, fraccionamiento de las complejas redes de comercio, impresionante desarrollo cultural y artístico, aumenta la rivalidad regional y los conflictos armados, posible origen de los regímenes políticos supra étnicos denominados zuyuanos.

 Horizonte Posclásico
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Posclásico temprano (900-1200 d. c.)
Se caracteriza por la penetración al territorio mesoamericano de pueblos agricultores y recolectores-cazadores septentrionales, así como a una gran movilidad de los grupos humanos, amplia difusión de elementos culturales e inestabilidad política.
Posclásico tardío (1200-1300-1521 d.C.)
En este periodo existen dos poderosas entidades políticas, la triple alianza, dirigida por los mexicas, y el estado purépecha o tarasco, también es una época caracterizada por un fuerte militarismo y una intensa actividad comercial, que propicio un grado de integración sin precedentes entre las distintas regiones mesoamericanas.
       
 

jueves, 13 de septiembre de 2012

Mesoamérica


Mesoamérica es la región del continente americano que comprende la mitad meridional de México; los territorios de Guatemala, El Salvador y Belice; así como el occidente de Honduras, Nicaragua y Costa Rica. No debe confundirse con la región mesoamericana, concepto acuñado para denominar una región geoeconómica por organizaciones internacionales tales como la OCDE1 Mesoamérica es un área definida por la cultura. Esta región vio el desarrollo de una civilización indígena en el marco de un mosaico de gran diversidad étnica y lingüística. La unidad cultural de los pueblos mesoamericanos se refleja en varios rasgos que Paul Kirchhoff definió como el complejo mesoamericano. La definición de lo que se acepta como mesoamericano es objeto de discusión entre los estudiosos de esta civilización; sin embargo, con frecuencia se menciona en el inventario la base agrícola de la economía, el cultivo del maíz, el uso de dos calendarios (ritual de 260 días y civil de 365), los sacrificios humanos como parte de las expresiones religiosas, la tecnología lítica y la ausencia de metalurgia, entre otros. En su momento, la definición del complejo mesoamericano sirvió para distinguir a los pueblos mesoamericanos de sus vecinos del norte y el sur.
El desarrollo de Mesoamérica se extendió por varios siglos. Los especialistas discuten sobre la época que puede considerarse el "inicio" de la civilización mesoamericana. De acuerdo con algunas posturas, el hito inicial consiste en el desarrollo de la alfarería. Otros consideran que el primer complejo mesoamericano se desarrolla entre los siglos XV y XII a. C., período contemporáneo a la cultura olmeca. A lo largo de su historia, los pueblos mesoamericanos construyeron una civilización cuyas expresiones hablan de elementos compartidos por varios pueblos y rasgos que los distinguen entre sí. En la medida que avanzó el proceso civilizatorio, algunos rasgos se homogeneizaron por el contacto interétnico y otros adquirieron especificidad en ciertos contextos. Este proceso fue continuo y perduró hasta la colonización española. Algunos autores emplean indistintamente los nombres nahuas para describir objetos y conceptos originales de Mesoamérica, y otros destacan las diferencias entre los pueblos de la región.


Desde que creció el interés por las culturas indígenas de América Central y México, los especialistas se enfrentaron al cómo debían interpretarse los datos disponibles sobre los pueblos indígenas. Hasta antes de la década de 1940, los arqueólogos no contaban con un concepto unificador para abordar la materia de investigación. Los importantes avances de la arqueología en el centro de México  particularmente en Oaxaca, donde Alfonso Caso encabezaba las excavaciones en Monte Albán y en el área maya con el equipo de Ricketson investigando Uaxactún  eran reflejo de tradiciones arqueológicas que encaraban estas dos regiones contiguas como fenómenos separados, aunque existía la idea de que existían elementos comunes entre ambos que requerían una explicación. Alfred Kroeber introdujo en 1939 el concepto de áreas culturales  para abordar la presencia de rasgos culturales parecidos en pueblos diversos étnicamente y separados relativamente en la geografía de una misma región.En la obra Cultural and natural areas of native North America, Kroeber propuso que el norte de América Central y los territorios de los pueblos agrícolas de México constituían un área cultural, pero su propuesta no pareció tener eco en los círculos arqueológicos.
En 1943 Paul Kirchhoff dio a conocer su artículo Mesoamérica, en el que retomaba la unidad de las culturas de la zona maya y el centro de México. En su texto, Kirchhoff delineó un conjunto de elementos cuya presencia era significativa en los pueblos del norte de América Central y el centro y sur de México, mismos que los distinguían de otras culturas americanas. Limitándo el área cultural que es Mesoamérica, Paul Kirchhoff dio a conocer los siguientes límites: El límite norte comienza con el Río Sinaloa, en Sinaloa, bajando hasta la Cuenca Lerma como en forma de U, y va subiendo nuevamente hasta llegar al Río Soto La Marina, en Tamaulipas. El límite sur va desde el Río Ulua en Belice, cruzando por los ríos de Nicaragua hasta la península de Nicoya, en Punta Arenas. Los límites son flexibles, lo que significa que depende sobre el aumento o disminución de recursos por temporadas. Mesoamérica tiene una superficie de 1,000,218 km2. Este conjunto de rasgos culturales incluía el sedentarismo, el uso del bastón plantador/cortador, el cultivo del maíz (la milpa) y su nixtamalización, la práctica del juego de pelota, el sistema de numeración con base vigesimal, el uso del calendario ritual de 260 días, la práctica de varios tipos de sacrificios humanos y el sistema de escritura pictográfico. En posteriores trabajos, Kirchhoff se mostró "decepcionado" del recibimiento poco crítico que tuvo el término Mesoamérica en los círculos arqueológicos y lamentaba que no hubiera tenido lugar un provechoso debate sobre la pertinencia del concepto.
A pesar de este recibimiento de su propuesta, los avances de la Arqueología de los pueblos mesoamericanos han puesto en relieve algunas debilidades de la definición de Mesoamérica presentada originalmente por Kirchhoff. Uno de los primeros señalamientos es su énfasis historicista y culturalista, que pretende definir la civilización mesoamericana como un conjunto de elementos desarticulados que tienden a la identificación de la cultura con el grupo étnico y la comunidad lingüística.10 En las décadas siguientes se han desarrollado nuevos enfoques para abordar la civilización de los pueblos precolombinos de la América media. Entre otras cosas, esto incluye la revisión de la cronología indígena.