El desarrollo de Mesoamérica se
extendió por varios siglos. Los especialistas discuten sobre la época que puede
considerarse el "inicio" de la civilización mesoamericana. De acuerdo
con algunas posturas, el hito inicial consiste en el desarrollo de la alfarería.
Otros consideran que el primer complejo mesoamericano se desarrolla entre los
siglos XV y XII a. C., período contemporáneo a la cultura olmeca. A lo largo de
su historia, los pueblos mesoamericanos construyeron una civilización cuyas
expresiones hablan de elementos compartidos por varios pueblos y rasgos que los
distinguen entre sí. En la medida que avanzó el proceso civilizatorio, algunos
rasgos se homogeneizaron por el contacto interétnico y otros adquirieron
especificidad en ciertos contextos. Este proceso fue continuo y perduró hasta
la colonización española. Algunos autores emplean indistintamente los nombres
nahuas para describir objetos y conceptos originales de Mesoamérica, y otros
destacan las diferencias entre los pueblos de la región.
Desde que creció el interés por
las culturas indígenas de América Central y México, los especialistas se
enfrentaron al cómo debían interpretarse los datos disponibles sobre los
pueblos indígenas. Hasta antes de la década de 1940, los arqueólogos no
contaban con un concepto unificador para abordar la materia de investigación.
Los importantes avances de la arqueología en el centro de México particularmente en Oaxaca, donde Alfonso Caso
encabezaba las excavaciones en Monte Albán y en el área maya con el equipo de Ricketson
investigando Uaxactún eran reflejo de
tradiciones arqueológicas que encaraban estas dos regiones contiguas como
fenómenos separados, aunque existía la idea de que existían elementos comunes
entre ambos que requerían una explicación. Alfred Kroeber introdujo en 1939 el
concepto de áreas culturales para abordar la presencia de rasgos culturales
parecidos en pueblos diversos étnicamente y separados relativamente en la
geografía de una misma región.En la obra Cultural and natural
areas of native North America, Kroeber propuso que el norte de América Central
y los territorios de los pueblos agrícolas de México constituían un área
cultural, pero su propuesta no pareció tener eco en los círculos arqueológicos.
En 1943 Paul Kirchhoff dio a conocer
su artículo Mesoamérica, en el que retomaba la unidad de las culturas de la
zona maya y el centro de México. En su texto, Kirchhoff delineó un conjunto de
elementos cuya presencia era significativa en los pueblos del norte de América
Central y el centro y sur de México, mismos que los distinguían de otras
culturas americanas. Limitándo el área cultural que es Mesoamérica, Paul
Kirchhoff dio a conocer los siguientes límites: El límite norte comienza con el
Río Sinaloa, en Sinaloa, bajando hasta la Cuenca Lerma como en forma de U, y va
subiendo nuevamente hasta llegar al Río Soto La Marina, en Tamaulipas. El
límite sur va desde el Río Ulua en Belice, cruzando por los ríos de Nicaragua
hasta la península de Nicoya, en Punta Arenas. Los límites son flexibles, lo
que significa que depende sobre el aumento o disminución de recursos por
temporadas. Mesoamérica tiene una superficie de 1,000,218 km2. Este conjunto de
rasgos culturales incluía el sedentarismo, el uso del bastón
plantador/cortador, el cultivo del maíz (la milpa) y su nixtamalización, la
práctica del juego de pelota, el sistema de numeración con base vigesimal, el
uso del calendario ritual de 260 días, la práctica de varios tipos de
sacrificios humanos y el sistema de escritura pictográfico. En posteriores
trabajos, Kirchhoff se mostró "decepcionado" del recibimiento poco
crítico que tuvo el término Mesoamérica en los círculos arqueológicos y
lamentaba que no hubiera tenido lugar un provechoso debate sobre la pertinencia
del concepto.
A pesar de este recibimiento de
su propuesta, los avances de la Arqueología de los pueblos mesoamericanos han
puesto en relieve algunas debilidades de la definición de Mesoamérica
presentada originalmente por Kirchhoff. Uno de los primeros señalamientos es su
énfasis historicista y culturalista, que pretende definir la civilización
mesoamericana como un conjunto de elementos desarticulados que tienden a la
identificación de la cultura con el grupo étnico y la comunidad lingüística.10
En las décadas siguientes se han desarrollado nuevos enfoques para abordar la
civilización de los pueblos precolombinos de la América media. Entre otras
cosas, esto incluye la revisión de la cronología indígena.
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